Y cuando tan alejada estaba la idea de viajar al Sáhara que ni ocupaba lugar, zas!!: se presentó delante de mi. Además, el caminito que me ofrecía para llegar a él estaba demasiado bien asfaltado y justo ese día resplandecía un sol en un cielo descubierto. Vamos, que no tenía excusas para no recorrerlo. Y fue así como di el primer pasito.
El viajar a los Campamentos de Refugiados Saharauis en Tindouf, es una oportunidad que, espero, me ayude a seguir descubriéndome, pero sobretodo lo que me propongo es que el trabajo que vamos a hacer no sea un trabajo en vano o un trabajo que perjudique más que otra cosa.
Ante la marcha tocan las despedidas temporales y la de esta ocasión fue un magnífico encuentro. Sólo teníamos la idea de juntarnos unos poquinos para unas cañitas, pero al final... Algunos y algunas no pudieron venir pero también estaba su esencia por allí. Ya os lo he dicho pero MIL GRACIAS POR NO PERMITIR QUE MI SONRISA SE BORRARA EN TODA LA NOCHE.
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